Que tiene el Camino que a tantas personas les llega su llamada, en un momento u otro de su vida?.
Puede ser la llamada religiosa, espiritual, cultural, la llamada de la naturaleza, del aire libre, de conocer otra gente, o de conocerte a ti mismo, puede servir alguna de estas cosas, o todas juntas.
En definitiva es una búsqueda, es el camino de la búsqueda hacia nuestro interior, hacia nuestros gritos y nuestros silencios.
Ella tenía en mente durante mucho tiempo hacer el camino, o parte de él.
Su llamada le llegó un invierno, en forma de compañeras/amigas de trabajo, se creó un grupo, e inmediatamente empezaron a trabajar, reservando medios de transporte, alojamientos etc.
La ilusión se palpaba en el ambiente, no se hablaba de otra cosa, contactaron con un experto en el Camino para que las orientara, querían hacerlo bien, sin ningun obstaculo en su camino, en su búsqueda, decidieron que tenían que cuidarse los pies, su herramienta más importante, y por supuesto había que entrenar, nada podía entorpecer la realización con éxito de dicha gesta.
Ella tenía sus dudas, por su condición física, pensaba que no acabaría ni la primera etapa, era una Quimera que no podría llevar a cabo. Pero apoyada por su familia decidió intentarlo, pondría toda la carne en el asador, entrenaría más que nadie, tanto es así, que se lo creyó, estaba convencida que llegaría a buen puerto, nadie tenía más ilusión que ella.
Pero una piedra se cruzó en su camino, un mal paso, un traspié, que mas da... En ese mismo instante se dio cuenta que su camino peligraba. Pero hizo falta dos ingresos hospitalarios, una larga intervención, muchos llantos y casi dos meses de recuperación después, para asimilar que definitivamente NO podría hacer el Camino ese año.
O SI... Ahora se entrenaría más que nadie, en el gimnasio del hospital y en la playa, cuidaria su alimentación, cuidaria sus pies, y por supuesto cuidaria mucho su integridad emocional, en definitiva buscaría en su interior y aprendería como nunca de sus gritos y sus silencios, tenia tiempo, comenzaría el Camino en Roncesvalles, llegaría al Pórtico de la Gloria, para acabar en Finisterre, allí donde se junta el Atlántico con el Cantábrico, donde los primeros peregrinos pensaban que era el fin de la tierra.
Claro que se puede hacer el camino sin salir de casa, a fin de cuentas, la búsqueda, el recogimiento, la paz interior se puede encontrar en cualquier sitio, solo hay que estar receptivos. Y si la Iglesia no le quiere dar la Compostela, es la Iglesia la que perderá una peregrina en su cómputo anual.
Porque lo que ella va a conseguir y con nota es el JUBILEO.
Pero una piedra se cruzó en su camino, un mal paso, un traspié, que mas da... En ese mismo instante se dio cuenta que su camino peligraba. Pero hizo falta dos ingresos hospitalarios, una larga intervención, muchos llantos y casi dos meses de recuperación después, para asimilar que definitivamente NO podría hacer el Camino ese año.
O SI... Ahora se entrenaría más que nadie, en el gimnasio del hospital y en la playa, cuidaria su alimentación, cuidaria sus pies, y por supuesto cuidaria mucho su integridad emocional, en definitiva buscaría en su interior y aprendería como nunca de sus gritos y sus silencios, tenia tiempo, comenzaría el Camino en Roncesvalles, llegaría al Pórtico de la Gloria, para acabar en Finisterre, allí donde se junta el Atlántico con el Cantábrico, donde los primeros peregrinos pensaban que era el fin de la tierra.
Claro que se puede hacer el camino sin salir de casa, a fin de cuentas, la búsqueda, el recogimiento, la paz interior se puede encontrar en cualquier sitio, solo hay que estar receptivos. Y si la Iglesia no le quiere dar la Compostela, es la Iglesia la que perderá una peregrina en su cómputo anual.
Porque lo que ella va a conseguir y con nota es el JUBILEO.
Ana Magenta, Mayo 2016
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