*

Luz del alma, luz divina, "Faro", antorcha,estrella, sol... un hombre a tientas camina; lleva a la espalda un farol.
Antonio Machado

domingo, 5 de junio de 2022

EN UN JARDIN MEDITERRANEO

  

Nuestro grupo de andariegos decidió por un día colgar el calzado y la ropa de montaña y vestirnos mas acordes para visitar un jardín, un pequeño pueblo y unas playas en el Mediterráneo, ese mar que va desde Algeciras a Estambul, ese mar que tanto nos gusta, donde todos los miembros de nuestro pequeño grupo pasamos los veranos.

Pusimos rumbo a Pedreguer para visitar un jardín Mediterráneo, exactamente El Jardín Renacentista de l'Albarda, proyecto Eco Sostenible, para quien ya lo conozca, sobran las palabras, para quien no, les invito a conocerlo.

Es un precioso referente de la jardinería Mediterránea con 50.000m2 de superficie, recrea la imagen de los antiguos jardines renacentistas Valencianos, con gran profusión de agua y fuentes que nos deja adivinar la influencia árabe. 

Enrique Montoliu a finales del siglo pasado buscaba un terreno donde construirse una casa rodeada de naranjos y limoneros, y lo que era más importante con vistas al Montgó, la emblemática montaña de la costa Alicantina.  

Solo entrar ya te atrapa, recomiendan seguir un pequeño plano y después perderse, el camino te lleva a una imponente casa toda tapizada de parra virgen, a sus pies una gran piscina, de frente el imponente Montgó y mas allá el mar, no se puede pedir mas, podríamos decir que es la fachada principal de la casa, o quizá la trasera? no lo sabría decir, cada una de las cuatro caras compiten entre si para ser la Principal.

Seguimos andando arropados por preciosos macetones de rosales, nos reencontramos con plantas que nos llevan a los patios de nuestras abuelas, somos incapaces de acordamos de los nombres, pero nos evoca un pasado placentero, hace calor aunque la brisa del cercano mar y las sombras que nos proporcionan las imponentes palmeras, magnolios, robles o los elegantes cipreses sin olvidarnos de los naranjos y limoneros, todos convidando al sol a que se cuele entre sus ramas, convierte  el paseo en una experiencia sensorial muy gratificante.

Unos setos perfectamente cortados nos marcan el camino hacia el Umbráculo, lugar donde crecen las plantas que necesitan sombra y humedad para su optima supervivencia, el sol también se cuela por donde puede, eso hace mágico ese espacio, quizá alguna criatura de los bosques nos está observando, quien si hace acto de presencia es Enrique Montoliu y su inseparable perro, es muy de agradecer que el artista te explique su obra.

A la derecha de la piscina nos encontramos una construcción que a priori no sabemos que es, al entrar nos sorprende lo que podría ser un anfiteatro romano, en cada hilera de gradas que va socavando el suelo, a modo de personas sentadas esperando que empiece la función, hay macetones con diferentes tipos de plantas, macetones que a medida que el semicírculo del anfiteatro se va estrechando van siendo mas pequeños, creando un espacio muy armonioso, al terminar el semicírculo de gradas nos encontramos con lo que podría ser un órgano con la campana acústica invertida.

 Encontramos estanques con nenúfares, pequeñas cascadas, fuentes y por supuesto lo que no puede faltar en ningún jardín renacentista, estatuas que no le roban protagonismo a la frondosa vegetación. No podemos olvidar el paseo del Trencadís donde los rayos de sol juegan con los azulejos, creando bonitos destellos.

También se puede tomar un zumo de las exquisitas naranjas valencianas, un desayuno o una copa de vino, haciendo un paréntesis en la visita.

Hasta aquí mis sensaciones y mi agradable recuerdo de este hermoso jardín, podría dar mucha información técnica pero eso se puede buscar en internet.

Casi es hora de comer, los coches ponen rumbo a Benissa donde callejeamos por la zona antigua de este pueblo, que por su nombre ya adivinamos su influencia árabe, es un pueblo tranquilo, agradable, un balcón al mediterráneo, comemos en la Cultural de Benissa, lugar emblemático del pueblo, un buen menú, buen precio y trato muy agradable.

Volvemos a los coches y nos encaminamos hacía el mar, queremos hacer una pequeña marcha por el Sendero Ecológico de la Costa, pequeña porque son las cuatro de la tarde, la reciente comida y los 30º no recomiendan andar mucho, el sendero une Benissa y Calpe, donde podremos admirar calas y acantilados, en cualquier momento podemos bajar a la playa, hay zonas de mesas y sombra, vamos desde cala Pinets a cala Fustera pasando por el Aula del Mar, es un sendero ideal para hacerlo por la mañana y darte un baño antes de comer pero por los horarios del Jardín hemos tenido que hacerlo por la tarde. 

Cumplido el objetivo de nuestro grupo: hacer una ruta, visitar un pueblo y degustar su gastronomía.

Preparados para la próxima    


        Ana Magenta

           Junio 2022





No hay comentarios:

Publicar un comentario